Atenea, bonitos contrastes, de esos verdes y dorados de las uvas con el fondo azul del cielo, y el angulo escogido es muy bueno le da profundidad a la foto. Saludos.-
Bonita foto Atenea, y esperemos no haya ningún contratiempo climatológico y eso racimos que ya de divisan lleguen a su madurez sin novedad, ya nos contaras el resultado. Un abrazo.
Buena captura de estos racimos aún un poco verdes. Me gusta el encuadre. Un saludo. Por cierto en la entrada de ayer te deje un regalo para que pases a recogerlo. Un saludo.
Qué reales se ven esas hojas de parra, y bonito cielo. Me recuerdan cuando niño que solía pasar horas a la sombra bajo unos parrales muy grandes que cubrían como un techo, un espacio al aire libre y que dejaban colgando cientos y cientos de racimos que iban madurando poco a poco. Un abrazo.
Me gusta la perspectiva desde abajo. Voy a ir a ver cómo andan los racimos que tengo al salir de casa.
ResponderEliminarAbrazos!
Atenea, bonitos contrastes, de esos verdes y dorados de las uvas con el fondo azul del cielo, y el angulo escogido es muy bueno le da profundidad a la foto.
ResponderEliminarSaludos.-
Bonita foto Atenea, y esperemos no haya ningún contratiempo climatológico y eso racimos que ya de divisan lleguen a su madurez sin novedad, ya nos contaras el resultado.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me gusta el contraste del color verde y el azul. Muy logrado. Un saludo.-
ResponderEliminarMi comentario es como el Huellas, pero me ha hecho gracia el verso.
ResponderEliminarFeliz día
'La zorra y las uvas' ¡jeje! Siempre me gustó esta fábula. Esperaremos a que maduren :-)
ResponderEliminarEn cuanto a la foto de hoy ¡Chapó!
Un besazo, guapa.
Buena captura de estos racimos aún un poco verdes.
ResponderEliminarMe gusta el encuadre.
Un saludo.
Por cierto en la entrada de ayer te deje un regalo para que pases a recogerlo.
Un saludo.
¡Me encanta! Una vez más una fotografía espectacular Atenea.
ResponderEliminar¡Un beso!
Un buen contrapicado, me gusta como has dominado esa luz y composición.
ResponderEliminarQué reales se ven esas hojas de parra, y bonito cielo. Me recuerdan cuando niño que solía pasar horas a la sombra bajo unos parrales muy grandes que cubrían como un techo, un espacio al aire libre y que dejaban colgando cientos y cientos de racimos que iban madurando poco a poco.
ResponderEliminarUn abrazo.