Enero 2013 |
No hay aquí sino luz, cantidades, racimos,
espacio abierto por las virtudes del viento
hasta entregar los últimos secretos de la espuma.
Y entre tantos azules celestes, sumergidos,
se pierden nuestros ojos adivinando apenas
los poderes del aire, las llaves submarinas.
Pablo Neruda
No se tu amiga pero yo en muchas ocasiones me he quedado con la boca abierta contemplando estas crestas, muy bonitas. Por cierto según las noticias tenéis la cosa revolucionada por la zona norte.
ResponderEliminarUn abrazo.
Parece autenticas crestas, pero en este caso marinas, esta bien la idea original y la construcción es buena en su conjunto global, me gusta especialmente la segunda toma... un bico y buena semana.
ResponderEliminarYo también me embobo mirando y observando estas blancas crestas llenas de espuma y olor a mar.
ResponderEliminarSaludos.
Azules celestes sumergidos en el mar se pierden en nuestra mirada, unas bonitas tomas, con un abrazo.
ResponderEliminarSi tuviera que elegir a un poeta...pues Neruda sería mi elegido, pero si tuviera que elegir a la compañera fotógrafa de sus letras, pues....a Atenea le señalaría con mi dedo.
ResponderEliminarMe encantan las olas y el mar picado, encrespado, enérgico, vivo, arracimado.
Besos.
¿Se cansará alguien de ver el mar? ¿Y de pensarlo?
ResponderEliminarUn beso.